Al límite: País Mundo Razón.

La saturación de información a la que estamos sometidos, también es una forma de censura. Sobreabundancia, repetición de mensajes, manipulación de contenidos en función de intereses ajenos al hecho de informar.
La teoría dice que los medios de comunicación deben hacer un seguimiento a los diversos poderes para poder analizar y en su caso denunciar posibles infracciones y abusos de poder ; Sin embargo estos mismos medios funcionan al servicio de los poderes o bajo parámetros ideológicos creando relaciones directas con la política.
El poder de denuncia, de influencia en la población mediante una información veraz, queda en un segundo o tercer plano, precisamente por la servidumbre que mantienen con las ramas políticas y económicas.
Sesgar la información es censurar, poner límites al conocimiento. la censura o manipulación por parte de los medios, al servicio de los poderes y su negación y sesgo a la hora de
presentar noticias, son el punto de partida de estas piezas.
En Al límite utilizo los propios márgenes o límites físicos de los periódicos para negar o limitar su desinformación. Me apropio de su estrategia, eliminando todo contenido por medio de sus propios límites. El resultado es un periódico vacío de contenido, lleno de márgenes o límites que constituyen una página en blanco. El silencio de las páginas es también, una suerte de suspensión; suspensión de imágenes, textos, fechas pero también del tiempo, detenido; Silencio como deseo de algo por venir como metáfora de la fragilidad del conocimiento, como esperanza en lo queda por contar. Queda reflejada a fin de cuentas, la situación límite de los medios, su colapso y pérdida de función al servicio ciudadano.